jueves, 14 de febrero de 2008

COSAS PASADAS


12 Dic 2007

Me voy de este Blog sosaina

Queridos fans fieles,

A partir de hoy seguiré con mis rollos habituales y variados en unnuevo blog al que podeis acceder desde la siguiente dirección:

http://lolaina.blogspot.com

No me olvideis por favor.

La loles - Aisha

Probando con imagenes en el nuevo Blog

Probando con imagenes en el nuevo Blog

11 Dic 2007

EL MILICIANO Y EL ALBAÑIL y cómo se me despertó la conciecia social gracias al PCE

Mi padre no era nada de contar batallitas, pero así como yo conocí a un
militar que se había ido a la División Azul con Lo que el Viento se
Llevó, la gente por lo que parece se va a la guerra con cosas raritas.
Mi padre se fué con una cámara fotográfica, lo que no tiene nada de
extraño, porque ya dije antes que el vicio de la totografía me viene
por línea paterna, y que mi abuelo fué un amateur de los primeros. Hizo
bastantes fotos, por Cogolludo, cerca de donde estaban los italianios,
en Málaga, en Somosierra, que es donde le cogió el fin de la guerra. Mi
padre hay que dejar claro que era de derechas, y admiraba mucho a los
USA, pero no le interesaba demasiado la politica. Era un militar, y a
un milico lo normal es que le gusten las armas. A él le chiflaban los
aviones. Estaba en la Base Aerea de Son San Juan, cuando había allí una
granja estupenda y muchas más cosas. Pero con esto vengo a decir que a
mi padre no le interesaba la politica, y cuando salia Franco en
TV inaugurando pantanos muchas veces se levantaba y se iba. Yo me
he preguntado muchas veces por qué mi padre se fué voluntario de
alferez provisional a primera línea. El en Sevilla tania muchos amigos
anarquistas. Andalucia ha sido la cuna del anarquismo español. ¿como se
le ocurrié irse, queya lo conte, en plena noche, dejando una notita
sobre la cama, como en las pelis?.Pero mi abuela cuandoiba a coger el
tren le estaba esperando en el andén pues era más lista que las
ratas, y algo se debió oler. Le trajo más cosas utiles, y algo de
comida. Sin embargo, su padre, mi abuelo, era abogado en el
Ayuntamiento y republicano hasta las cachas. Yo unavez le pregunté a mi
padre que cómo había podido enrolarse con esa gente franquista, y me
contestó que era joven y tenía ganas de aventuras.Y como Sevilla era de
Queipo de Llano y franquista a más no poder, no podía irse a otro
bando. Yo a mí esto no me ha convencido nunca, y hasta he llegado a
pensar que si se fué así, de repente, quizás fuera para salvar la vida
su padre, a quien expulsaron del Ayto. pero no le mataron, a pesar de
ser más rojo que los tomates maduros. Yo no comprendo como puede uno
enrolarse en un lío de estos sin estar convencido, pero mi padre era
capaz de cualquier cosa. Mi padre jamás mostró odio a nadie, y me
contaba cosas de la guerra coo si fuera una peli del far west. No
odiaba a los rojos, de quienes decía que eran muy valientes, pero se
pegaba tiros con ellos. Por la noche, cantaban en las trincheras
canciones y hasta se hablaban, los enemigos, y tocaban la guitarra. Una
cosa que me contó de las pocas que sé de él, es que una vez, mandando
él una centuria (?), un miliciano que estaba en un árbol a un tiro de
piedra estuvo todo un dia teniéndolos metidos en un terraplén, pues así
asomaban la gaita, el tío disparaba. Yo admiraba al miliciano, y
pensaba: !qué valor, un hombre solo contra tantos!. Mi padre me dijo
que como aquelo se alargaba demasiado, mandó a sus hombres que
disparasen todos a la copa del árbol, y el miliciano cayó como fruta
madura. Yo he pensado muchas veces en este hombre, con pena y
admiración. Las fotos que hizo mi padre no eran fotos sangrientas, sino
de trinchera, sus compañeros y cosas así.No era nada morboso. Luego, al
hacerme del PCE, yo oía a las veteranos de la edad de mi padre y me
contaban historias idénticas, pero al revés, Yo caía en una especie de
esquizofrenia y le echaba la culpa a Franco, que tenía la culpa de
aquel horror. Recuerdo que la prmiera vez que fuí a una reunión de los
cocos, aún no existia IU, había en la mesa y detrás una bandera roja,
que yo la consideraba la mía, con una hoz y un martillo en amarillo
enormes. Yo me asusté un poco, porque me parecía que estaba
traicionando a mis padres, pero se me pasó enseguida y me integre, y
como me gusta la politica, me lo pasaba muy bien y tenia amigos
estupendos y p articipaba en manis con pancartas , iba por las noches a
pegar carteles, y cosas así. Además, me sucedía algo muy extraño, que
no lo he leido ni oido en ninguna parte..Mi abuela,que daba mucha
limosna a los pobres, y mi madres, eran las dos muy clasistas, y mi
abuela me imbuyó que yo no era una mindundi, y que las niñas del
colegio eran de baja estofa. Eran hijos de payeses ricos y cosas
así. Mi abuela dividia, y mi mamá, a las personas en dos bandos: La
"gente bien" y la "gente mal" u "obreros". Ellas nunca
empleaban la `palabra obrero, decían trabajador. Pero lo decían con un
asco y un desprecio indeibles. Y les trataban bien, si venia el
fontanero a el electricista, por ejemplo, eran muy amables con él, le
ofrecian refrescos y bocadillos. Pero eran "los intocables". La cosa
más vergonzosa que he hecho en mi vida, y la única excusa era que era
una niña chica de derechas, fué una vez que iba con mis padres en un
tranvía , que iba hasta los topes. Solo había un sitio, al lado de un
albañil que salía de la obra, lleno de cal el pobre. Mis padres me
incitaron a que me sentara, y a mí no me gustó nada. Sus manos
callosas, llenas de polvo de cal, su aspecto pobre, todo, me causaban
gran repugnancia. Estuve unos minutos y entonces lo hice. Me levanté y
me cogí de la mano de mi madre. Mis padres, sorprendidos, me
preguntaron que por qué hacia aquello, pero yo muda. El pobre hombre
puso una cara de vergüenza porque todo el autobús le miraba, y debían
pensar que era un pedófilo o algo por el estilo, que me habia querido
meter mano o algo así. Años después recordé esa conducta mía y me dolió
profundamente, y no he olvidado la cara de vergüenza de aquel hombre, a
quien puse en evidencia. Pero con el tiempo fuí cambiando, a mí me
volvía loca Dolores Ibarruri, mi heroína, y acabé ingresando, de la
manita de mi profe de ruso, que era uno de los "niños de la guerra", en
el Partido. Yo estaba más contenta que unas pascuas, y entonces me dí
cuenta que aquello estaba lleno de hombres como al que yo había
humillado antes en el tranvía, y se me pasaron de golpe los prejuicios.
Recuerdo que teníamos a dos enterradores andaluces muy salados, que se
llamaban Juan de Dios,los dos, y me contaban truculencias que me
encantaban. Todos los parias de la tierra, al menos los que había allí,
se convirtieron casi de pronto en personas. Entonces me dí cuenta de
cuánto daño había hecho a aquel pobre albañil, a quien seguro había
amargado el día, y me entró una vergüenza tan grande por lo que hice
que lo escribo aquí, para que la gente lo lea. Mi madre, cuando me
llegó la "edad de merecer" (y me lo merecía), me dijo drásticamente que
ni se me ocurriera traer a casa a un trabajador, que no lo admitiría. .
Yo le dije que sí. No sé qué más decir. Sólo que estoy orgullosa
de mi militancia comunista, que me ha salido cara, pues cuando
trabajaba, con el PP en el poder tantos años, me putearon lo que
quisieron, y llegué a ser la Directora de la Oficina de Turismo gracias
a una chica de CCOO, Assumpta Massanet, que defendió a capa y espada
mis derechos.¡GRACIAS,ASSUMPTA!!

LOS ANGELES EXISTEN

Quiero poner aquí, en letras bien grandes, el nombre de la doctora que
de estar malísima, me recetó la pastilla cucarachil a la que me refiero
más abajo, y que con tanta empatía me trató y además esa
pastilla, que tenia que empezar a hecer efecto al cabo de una semana,
la tomé esa noche y al dia siguiente estaba pero que muuuuuy bien. No
voy a dar más la lata con mis males, pero esta señora se merece esto y
mucho más. El ángel que tan bien me trató cuando estaba desesperada y
exhausta es psiquiatra en Son Llátzer, y se llama BLANCA
CARRETERO QUEVEDO. He escrito a los periodicos contando mi
odisea pero no he podido poner su nobre, Por favor, si en Son Llátzer
alguien lee esto, que se lo diga, que se lo diga a sus jefes, que esta
señora se merece una medalla. Esta sí que, como se decia antes, "hace
de su profesión un sacerdocio". Gracias, señora, no la olvidaré nunca.

10 Dic 2007

HOY HABLARE DE MI

Lo siento, pero despuiés del terrible mes de noviembre que he pasado,
no se me ocurren historias chuscas ni interesantes para contar. Porque
yo meenrollo como una persiana. Después de quedarme coja, que lo he
asumido muy bien, la bronca con mi marido, que fué lo peor, y la muerte
de mi padre, me habia quedado con una depresión fortísima con ataques
de angustia constantes. Fuimos a la Seguridad Social,y alli nos atendió
una señora de mediana edad, psiquiatra, a la que le conté todo, sin
derramar una lagrima, tal como me enseñó mi padre en mi infancia. La
doctora me cambió la medicación, pues después de mas de 30 años con
depres terribles y ataque de angustia, que me duran días enteros, y ya
no podia más y no quise ingresarme.. Esta amable señora, cuyo nombre no
recuerdo pero que está en algún papel, ya lo escribiré algún día, ¡qué
magnifica profesional!.Me trató con una dulzura, una comprensión y un
cariño que parecía que la cosa le atañía personal
mente. Me cambió la medicación de mi psi porque no tenia hora con él, y
yo no podia esperar, y es que al cabo de meses de tomar lo mismo me
acostumbro y me tienen que dar una cosa. Pues me dió una pildorita
blanca y luego una cápsula, grande, roja, casi tan grande como una
cucaracha (bueno, exagero un poquitín,) y me dijo -"Mira, tómate esto
antes de acostarte. Va al menos a pasar una semana hasta que te haga
efecto, y si sigues así de mal, vuelves. "Yo hubiera besado por donde
ella pisaba,porque el dia fué tremendo. Salimos de casa buscando una
clinica, la habitual ya no tenia servicio de psiquiatría, y las
privadas tampoco. No comprendo cómo han eliminado un servicio que puede
ser muy urgente. Pues nos fuimos a Son Llátzer, y no habiamos comida
nada en todo el dia. Era ya de noche y yo estaba tan nerviosa y
con tanta ansiedad que temeblaba como un flan. Por fin vino la
doctora, y me dió la cucaracha y la otra pastilla. Yo cuando llegamos a
casa cené poca cosa, pero estaba muy debil de no haber comido nada en
todo el día , cené y me metí en la cama, con la cuca dentro de mi
barriga. Pues, milagro, a la mañana siguiente no tuve un angustioso y
horrible despertar como acostumbro cuando me dan esos zamacucos, que
vienen a ser dos o tres veces al año. Me desperté con una paz y una
alegría que aquello no era normal.Pasé un día esupendo, y hasta ahora.
Cada dia mejor. Toco madera por si me da otro telele pero estoy tan
bien, solo que muy cansada, que esta semana me recomendaron que me
quedase en casa haciendo reposo, pero estoy contenta aunque muy débil.
Mañana lunes no, el otro, ya pienso si la cosa sigue así , empezar a
hacer mi vida normal. Lo primero que haré es ir a la pelu, porque
llevar el pelo bien me anima mucho. Y después, si todo marcha como
debe, tengo una fiesta de las Asociación ALAS de enfermos de sida, que
los conozco del tiempo en que morian como moscas, y a la Asamblea
de IU, que me apetece mucho, porque me gusta la politica y así veré a
los amigos. Estos son mis planes, ojalá puedan cumplirse. Desde luego,
es verdad aquello que decía Nietzsche, que lo que no te mata te hace
más fuerte, y ahora ya no me importa nada, ni haberme quedado hecho una
jodida coja. HE RESUCITADO.(pero tengo enchufe en el más allá, mas no
os lo voy a contar...) je,je,je,...Yo cuando lo paso mañl lo paso
espantoso, pero cuando estoy bien me lo paso pipa, y la balanza de mis
penas y alegrias está nivelada. Tewngo baraka, que en árabe quiere
decir no suerte, como cree la gente, sino que "a Dios le mira a un@ con
benevolencia." Y ES VERDAD.¡¡¡ ALLAH AKBAR!!!

09 Dic 2007

ESTA SERÁ REINA

¡Cuanto tiempo perdido! Cuanto sufrimiento se podria haber ahorrado por
ambas partes si el tonto del orejas hubiese sido más decidido y se
hubiese ido a por la Camila joven, que era hasta mona, y por lo visto
muy alegre y divertida. Yo siempre que dudo o no en hacer algo, lo
suelo hacer, por aquello de que más vale arrepentirse de lo que se
ha hecho que de lo que se dejó por hacer. Pero este pobre hombre
ha sido muy desgraciado. Su madre la Reina no era cariñosa con él y no
le hacía ni caso. Se crió con nurses y su padre decía de él que era un
blando. Y es que la que sale a su papaito orgaizador de accidentes es
la princesa Ana, con cara de caballo, y esta es la preferida de su
padre. La tia ha salido más bruta que un sargento de caballería y eso
agrada a papá. Pero toda esta gente yo abomino de ellos, porque como
los demas reyes, salvo excepciones, les gusta la caza, es cosa fina y
aristocrática, y no los puedo soportar. Que jueguen al polo, o a la
brisca, o al mus, o que si les gustan los caballos se entretengan
paseando y sin destrozar a pobres zorros., que acaban reventados de
correr y luego los perros los destrozan.

08 Dic 2007

ES LA MUJER DEL REY

.de un país musulmán. ¿Por qué ella y la Reina de Jordania exhiben sin
velo sus cabelleras, y las otras musulmanas deben ir que no les salga
un pelito?.Yo soy musulmana y no llevo velo y nunca me han obligado,
excepto cuando voy a la mezquita.

JULIO IGLESIAS NECESITA RETIRARSE

Con el pastón que tiene, que se vaya a su casa tranquilito con todas
sus posesiones. El el último concierto (o peúltimo, no recuerdo) le
pitaron, y habia menosde media entrada. Hay que saber retirarse,señor
mío.

HAITÏ

H A I T I


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Hoy voy a contar mi viaje a Haití, que tiene tela marinera. Resulta
que como yo ya había estado en Cuba y el Caribe me gustó, un año en que andábamos
mal de pelas, vimos un viaje bastante barato a Santo Domingo,
concretamente a Puerto Plata, y nos
apuntamos. Como todo el mundo sabe, la República Dominicana
es sólo la mitad de la isla de La
Española
, primera tierra que colonizó Colón. (claro, llamándose
así, no podía hacer otra cosa.)(chistosa que es una). En Santo Domingo, la
capital, está la catedral más antigua de América, barroca como todas las de la
contrarreforma. A mí el barroco no me entusiasma, prefiero el románico, y hasta
el gótico, pero la verdad es que tanto esta catedral como la de La Habana son muy bonitas. Y
la de Cusco., más aún.

Puerto Plata es un pueblecito costero, que, como sucede en
Mallorca, se ha reconvertido en lugar para esparcimiento de turistas idiotas. Y
el que el turista, y me incluyo, por natural es memo. Está en una tierra que no
es la suya, lo ignora casi todo de las costumbres locales, va vestido que da risa
a los lugareños y hace y dice un montón de tonterías. Yo a los turistas los
conozco bien, por mi trayectoria profesional. Cuando viajo procuro no incurrir
en los mismos errores, pero frecuentemente incurro.

Después de este atorrante preámbulo, seguiré diciendo que Puerto
Plata es un lugar turístico, no el más lujoso, de la República Dominicana.
Aún así, nos alojaron en un complejo turístico precioso y bien cuidado, de
bungalows y jardines llenos de flores. Ya podrían aprender un poco en Mallorca
de aquella gente.

Casi toda la población es negra, y son muy simpáticos. Como me
pasó en Cuba, allí me dió por probar las bebidas locales, y enloquecí por la piña
colada, y otra vez pensé que si viviera yo allí permanentemente, ya sería una
alcohólica perdida, con mi tendencia natural a coger todos los vicios habidos y
por haber. Paco es más sobrio, pero mi sobriedad deja mucho que desear.

Era un sitio de playa, claro, y era como las de aquí, lo que en
vez de pinos había palmeras. Como nosotros ya estamos de ver playas hasta la
coronilla, no nos interesaba tumbarnos al sol y ponernos morenos, sino visitar
la isla. Para eso hicimos un trato con un taxista viejo, un negro alto, flaco y
enteco, muy amable. Tenía el coche más calamitoso en el que he ido yo en mi vida.
Aunque parezca mentira, por la parte de atrás, donde íbamos sentados Paco y yo,
tenía por suelo ¡una losa!. Sí, como las de las tumbas. Nos contó el pobre
hombre que no tenía más bien que aquel coche y que con él se ganaba la vida, y
que cuando se partiese en dos, se moriría de hambre, porque no podría trabajar
en otra cosa. También nos comentó, y tenía razón, que le daba mucha rabia ver
por la TV esas películas
que hacen los yankis y en las que se cargan de veras coches preciosos, grandes,
nuevos y relucientes. Yo le comprendí perfectamente. Qué mal repartido está
todo. Por algo soy comunista.

Pues convenimos un precio, muy bueno para las dos partes, y nos largamos a descubrir la Republica Dominicana.

Lo pasamos estupendamente. Se parecía bastante a Cuba, aunque no
tan bonita. Parábamos donde queríamos, es lo bueno de viajar por cuenta propia,
y recuerdo que visitamos un cafetal y un plantío de cacao que a mí me dejó
entusiasmada. ¡Yo, la sacerdotisa del chocolate, rodeada por un bosque de árboles
del cacao, con sus enormes bayas, y dentro sus semillitas maravillosas!. El
agricultor se mostró muy amable y acogedor, y nos enseño toda su plantación. Era
preciosa, de un verde exuberante, un paraíso. Y cuando vi las semillas del
cacao secando al sol, ya perdí la cabeza. Cogí una y le dí un mordisco, y me
supo a gloria, aunque el cacao sin azúcar es muy amargo. Pero era mi droga.

Luego la mujer del plantador
nos obsequió con unas bebidas de cacao, que las hacen como en tiempo de
antes de la conquista, es decir, no con leche, sino sólo el cacao puro hervido
con agua y azucarado, pues si no es demasiado amargo. A mí me supo a gloria, y además partieron para
nosotros unos cocos recién cogidos, que estaban jugosos, con toda la leche
dentro, no como los de aquí que ya están resecos., Aquellos eran tiernos y una
delicia. El sabor del coco mezclado con el del cacao me enloqueció. ¡Qué cosa
tan buena!. Eso no lo puedo volver a tomar en ninguna parte, pero no lo
olvidare, así como la amabilidad de aquellos campesinos que, sin conocernos de
nada, nos abrieron su casa y nos obsequiaron con estas maravillas gastronómicas.
Me lo pasé pipa.

Luego seguimos vicitando la isla, pero yo tenía metido dentro de
la cabeza, ya desde España, el hacer una incursión a Haití, pues había leído
aquella novela de Victor Hugo que no me acuerdo como se llama y además en las
costas de Haití está la famosa isla de La Tortuga, que es la que sale en la novela de
Stevenson La Isla
del Tesoro, y que leí de pequeña. Pues yo me emperré, con todo el emperramiento
de que soy capaz, y que es mucho, en que el chófer pobretón nos llevara a Haití, que quedaba muy cerca, pues La Española es una isla
relativamente pequeña- Además, estábamos cerca de la frontera.Paco y el negro
torcieron el gesto, pero yo me puse hecha una furia y les dije que me tenían
que llevar a Haití, aunque solo fuese para entrar y ver algún pueblo y un poco
de ese otro país. Haití es la cuna del vudú, y a mí estas cosas me encantan. No
sé lo que esperaba encontrar, pero yo quería entrar en aquella tierra de brujos
por encima de todo. Por fin accedieron, pero cuando llegamos a la aduana
nuestro chófer se rajó, nos dijo más o menos que entrar allí le daba yuyu y que
nos esperaría en el límite de la Rep. Dominicana, y que si queríamos, fuesemos a
la frontera y viesemos el primer pueblo, que estaba allí mismo.

En la frontera nos dijeron que no podíamos pasar más allá del
pueblo , allí mismo, y que se llamaba nada menos que Dajabón. Es que hay un
riacho seco que se llama así y hace de frontera. Paco no estaba nada
convencido, pero yo me puse dura y entramos en el puesto fronterizo, que daba
un poco de miedo. Había un negro
uniformado sesteando detrás de una mesa cochambrosa de despacho, y estanterías
y papelotes esparcidos por todas partes. Pero lo que más me llamó la atención,
y me encantó, es que no me había equivocado en mi curiosidad por Haití: Las
paredes estaban llenas de muñecas de vudú, de esas que llevan pinchados
alfileres, y de un montón de fetiches a cada cual más acojonante. ¡Toda s las
paredes de la Aduana!.
Lo juro. Yo me puse a ver todos aquellos horrores mientras Paco se ocupaba en
despertar al funcionario , espabilarlo y explicarle que queríamos visitar
aunque solo fuera un poquito su país. Este se mostró muy sorprendido, por lo
que supuse que no venían muchos turistas alocados como nosotros con semejantes
pretensiones. Nos dijo que no podíamos pasar más allá de Dajabón, pues había
estallado una revuelta contra el dirigente del país, que por entonces era una
especie de pastor de una secta protestante rara. Y que había tiroteos por las
carreteras. Yo me conformé con visitar Dajabon, algo era algo. El aduanero nos
dijo que era peligroso ir a pie, cosa que me extrañó. No creo que los haitianos
sean caníbales, pero en vista que uno de ellos nos ponía en guardia contra sus
mismos paisanos, le hicimos caso, y de pronto aparecieron unos negros enormes,
algo asi como Kunta Kinte pero más a lo bestia, con unas motos tan enormes como
ellos, y nos dijeron que subiéramos, cada uno de nosotros en una moto, y nos
pasearían por Dajabon, que estaba de mercado. Esto me contrarió, pues yo quería
pasear y hacer fotos, pero me dijeron los negros y el aduanero que nanay, que
así o de ninguna manera. Eran gente de ademanes bruscos, y antes de subirnos a
cada uno de nosotros en una de sus motazas, se pelearon agriamente y con
berridos para ver cuales eran los dos que se llevarían la propina. Por fin se
pusieron de acuerdo, y Paco se subió en una moto y yo en otra, detrás de un
negro como un armario. Pero el maldito arrancó tan deprisa que no me dió tiempo
a sentarme bien en el sillín, y estuve todo el tiempo torcida y teniéndome que
agarrar a él y no caer al suelo y ser aplastada por todos los demás, que nos
hacían de escolta. Mientras, yo procuraba mirar aquello.

Desde luego, pasar de la
R.D.
a Haití es como pasar directamente a Africa, pero al
Africa más miserable. la R.D.
es muy bonita, verde y de vegetación lujuriante, como antes he dicho, pero Haití
es el desierto. No hay ni una mata verde, y los pocos árboles que había, secos.
Todo es de color tierra, y da una impresión de pobreza tremenda. Pero el
mercado, aunque estaba lleno de mierda y barro, tenía su gracia y su colorido (
a mí estas manifestaciones comerciales al aire libre, como zocos, mercadillos,
etc., siempre me han gustado mucho). Pues yo, intentando no matarme y agarrándome
al negro, miraba todo lo que podía de aquella pobre gente, hundidos en la
miseria más mísera, igualito a como cuando salen en la tele en el Telediario
desastres y hambrunas en el Africa Negra. Allí había más pobreza y más miseria
que la que yo había visto nunca, mucho más que en la India, que tiene mucho
colorido, aunque sea pobre. Pero aquello no tenía apenas colorido, solo el de
las frutas y verduras y telas que vendía aquella gente. Yo quería parar y
comprar algo, pero Paco y los negrazos no me hicieron ni puto caso, y me quedé
con las ganas de llevarme un recuerdo de
Haití. No pude hacer ni una sola foto tampoco. Pero al menos había conseguido
mi capricho: Ir a Haití. Y me hice una idea bastante aproximada de lo que era
aquello. Si un día me voy de vacaciones, que no me busquen allí. Pero valió la
pena, aunque mi postura sobre el sillín, tan mal asentada estaba, que me produjo
durante muchos meses un escozor en salva sea la pàrte que no había manera de
quitarme de encima ni con baños de asiento.

Pero valio la pena. Nunca me han gustado las motos, y desde
aquello,menos.

Luego volvimos a la relativa civilización de los dominicanos, y
el negro chofer desgraciado de la losa puso cara de alegría y asombro, pues nos
dijo que no pensaba que hubiésemos salido ilesos de aquel sitio.Estaba
estupefacto.

También se quedaron estupefactos de nuestra excursión rara unos
plantadores que eran amigos o conocidos, no recuerdo bien, de unos amigos de
Paco, gente de pasta, que nos invitaron a un hotel espléndido de Santo Domingo
a comer. Yo estaba avergonzada porque venía de excursión, con los pies llenos
de barro, y la plantadora parecía talmente salida de una novela de Somerset
Maugham, con su moño negro y aceitoso, la pies oscura, un traje brillante y
llena de joyas de la cabeza a los pies. Y yo con aquellos pelos.

-¡¿Pero han estado ustedes en Haití?- nos preguntaron,
asombrados.

Paco les dijo que yo me había empeñado en ver la isla de la Tortuga (que no vi) y les
contamos nuestra odisea con el aduanero, los negros y los supuestos caníbales,
y nos miraron horrorizados. Yo preferí cambiar de conversacion.

¡PERO QUE BIEN QUE ME LO PASE!

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