

Hay una frase en el Evangelio de Lucas que siempre me sorprendió:Aquella en la que dice: "No tiréis margaritas a los cerdos y echéis a los perros las cosas santas". La primera parte, la de las margaritas, ha quedado como expresión de que no hay que dar a la gente zafia grosera regalos que no saben apreciar. Pero a mí lo de las margaritas no me pegaba. Esto es cuando estudiaba griego en 5º curso de bachillerato en las Teresianas. . Le pregunté al cura y se encogió de hombros, y no sé qué tonteria me dijo, o sea que no se había dado cuenta. Entonces me fuí al diccionario y busqué la palabra correspondiente en griego a "margarita" (que he olvidado), y allí me salió: Margarita-perla. Ah amigo, esta traducción cambia muchas cosas... Queria decir que en los primeros siglos de la Iglesia tenían malísimos traductores, porque confundir una perla con una margarita en el original...No creo que fuera griego el traductor, pues no se hubiera equivocado en una cosa así. O sea que durante siglos se ha estado leyendo en las iglesias una tontería como una casa.Tuvo que ser una niña de 15 años siglos después, que descubriera el pastel. Yo se lo dije a mi profe, del que guardo gran cariño, y me dió la razón. Se llamaba Jesús García Pastor y era una persona encantadora. Yo le tenía cariño porque nos contaba tan bien la mitología griega, las costumbres de los helenos de entonces, que siempre he quedado enganchada al tema. Además era un señor que hubiera podido ser mi padre, pero no estaba mal, y siempre alegra las pajarillas ver tres veces a la semana a alguien así. Varía de las estantiguas de las Teresianas...
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