jueves, 15 de mayo de 2008

El discreto icono ruso


A mí los iconos, sean rusos, griegos ,búlgaros o rumanos, me chiflan. Sobre todo como el que tengo yo, que es de plata y debajo está la pintora de un Pantocrátor o de la Virgen de Kazán, o el de Andrei Rubliev, que ya lo pondré después, (antes)que fue el mejor pintor de iconos que ha habido. Mis iconos son copias, pero una vez encontré uno en una tienda de antigüedades de Moscú, que sospecho no debe ser muy antiguo, porque la pátina la ha adquirido en mi casa, pero yo lo encuentro precioso. Para entender lo que voy a decir a continuación, he de explicar que la decoración de mi casa no es precisamente minimalista, sino que tengo las paredes tan llenas de cosas, que si ya quiero poner algo nuevo, como el otro día que por primera vez en mi vida me compré un cuadrito en una galeria de arte, tengo que quitar otras cosas que empiezan a deteriorarse. Pues volviendo al icono, yo estuve un mes en Moscú y Leningrado, cuando la Unión Soviética, y fuí sin Paco, pues la profe de ruso, que es casi moscovita, me metió en un grupo de nostálgicos vascos que organizaban este viaje, barato, para recordar su juventud allí. Me hizo pàsar por sobrina suya.Todos hablaban el ruso porque habían pasado allí casi toda su vida. Eran de los llamados "niños de la guerra", que durante la guerra de España, como las cosas se ponían feas en todaEuropa, los cogieron, los metieron a todos en un barco y los mandaron, por el Báltico, a Leningrado, hoy otra vez SanPetersburgo..y se allí los repartieron entre Moscú y Kiev, en Ucrania. Aquí quiero hacer un inciso, y este escrito cada vez se parece más a una matrioshka, esas muñecas rusas que se van metiendo unas dentro de otras. Pues el inciso es que a mí no me importa que a Leningrado, que para mí siempre será el nombre de esa ciudad, la vuelvan al nombre decomonónico, pero no sé de dónde diantre la sacan en San, pues no hay ningun santo así, y los rusos le llaman Pietierburg, y antes se llamó Pietrograd, que en el primer caso quiere decir la Ciudad de Pedro (por Pedro I, que fué quien la hizo construir,pues era un occidentalizado y tuvo aquel follón con con tacones de los boyardos,) y en el segundo caso, Pietrograg, quiere decir lo mismo, pero lo cambiaron a burg porque eso de grad les sonaba demasiado alemán. Bien, ya está hecho el inciso, y yo un lío, porque no me acuerdo lo que estaba contando. ¡Ah, sí!. Hablaba de los"niños de la guerra", que de niños ya nada, están los pobres que cada vez quedan menos, y en mal estado. Pues tuvieron una ocasión para volver a España sin represalias, y a algunos, como al marido de mi profe, que habia sido director de un gulag, les dió por el sentimentalismo de la dichosa madrastra Patria,y otros se quedaron allí, cosa que yo creo hubiera hecho, pues su vida estaba ya asentada allá, y eran más rusos que españoles. Yo de todos los que he conocido, solamente dos mujeres amigas de mi profe se fueron a Cuba, y cuando fuí a esta isla, paraíso antes del bloqueo yanki y la caída de la URSS, vivían allí. Mi profe me encargó que porfa les llevara las obras completas de Lenin, y yo dije que sí, pues pensaba que serían dos o tres tomos. ¡Jope!. No eran dos, sino más de una docena, y gordos. Tuve que pagar exceso de equipaje y llevarme una maleta extra, y pasé un rato de Caín en el Aeropuerto de Barajas, al que siempre he odiado porque (ahora no sé), pero hasta hace poco estaba tan mal distribuido y habia tanta escalera mecánica, que para llegar a la puerta de embarque se necesitaba una hora, y yo que iba cargada de maletas con los dichosos libritos, las pasé canutas poque fisicamente no podía con ellos, y no habia carritos, y tampoco se podian subir por las escaleras. ¡Qué recuerdo!. Pero cuando llegué a Cuba ya se me pasó todo, y me divertí mucho. Me acababa de divorciar de Paco y estaba tristona, y por eso hice ese viaje. Allí, bailando salsa y viendo cañaverales y las preciosas ciudades coloniales, como la Habana Vieja, Trinidad, los naranjales de Cienfuegos (?), las montañas llenas de palmeras de Pinar del Río, etc.(este viaje merece un post para él solo) , me olvidé de todo. Lo que me va bien de los viajes y por eso hago todos los que puedo, es que desconecto totalmente, no como la gilipollas de mi vecina Coloma que , aunque esté en los antípodas, cada día pierde dos horas de tiempo en llamar a mamá. Yo cuando viajo, lo dejo todo atado y bien atado, con gente de confianza para que me cuide de mis animales y plantas, y cuando cierro la puerta tras de mí,ya estoy en el viaje y no pienso en nada de Palma. No soy añoradiza, gracias a Dios.
Pues toda esta escriborrea venia a cuento en que me compré un icono ruso en una joyería de la calle Kalinin,de Moscú, que me costo muy barato, pues allí estaba todo tirado, y cuando llegué a casa lo colgué enmedio de una multitud de cosas y pensé:"Ahora no se lo voy a decir a Paco, a ver si se da cuenta". Pues hace muchisimos años de esto, yo era aún casi una chavala, y todavía es la hora que no lo ha visto.Tal vez a las puertas de la muerte, mia o de él, se lo diga, o tal vez no. Creo que será esto último. ¿Para qué?

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