martes, 10 de junio de 2008

Los berrinches de Unamuno

El pobre Unamuno era un señor serio donde los haya. Fue educado en una familia de beatos, pero después se puso a pensar por su cuenta. Llegó a ser el Rector de la Universidad de Salamanca. Tenía una obsesión: La nada. Para él era tan espantoso que al morir volviese a la nada de la que salió, que decía (sagerao) que prefería una eternidad de suplicios en el infierno antes que la nada. (pues yo no).Pero a él este tema le atormentaba muchísimo, con lo que estaba siempre de mal humor. Escribió unos libros estupendos, como "La agonía del Cristianismo" y "Del sentimiento trágico de la vida", dos ensayos, y una novela sublime, al menos a mí me gusta mucho, "San Manuel Bueno, Mártir", que trata de un cura de pueblo que pierde la fe pero comprende que no puede demostrarlo,pues le romperia los esquemas a sus feligreses, y sufriendo horrores, se dedica a hacer comedia para que sus ovejas no noten nada y no la pierdan a su vez.Es muy cortita y se lee en un pis pas. A m´´i me agrada, pero seguramente estará anticuada, ahora que se fabrican best-sellers como donuts que la mayoría no me interesan nada. Salvo excepciones, cada vez me gustan menos las novelas y más la historia y el ensayo. Empecé Los pilares de la Tierra y la dejé a las 10 páginas, y a lo mejor era muy entretenida, pues ha tenido gran éxito, pero las peripecias de aquella gente no me interesaban nada. Ahora he empezado La Catedral del Mar, a ver si la termino. Antes estas novelas de aventuras me enganchaban mucho, ahora suelo tener la impresión de estar perdiedo el poco tiempo que me queda. Antes leía cualquier cosa, ahora me he vuelto muy selectiva. Bien, pues volviendo al pobre Unamuno, que las debía de pasar canutas con sus dudas existenciales, el 12 de octubre del 36, recién empezada la guerra, tuvo lugar en el Paraninfo de la Uni de Salamanca El Día de la Raza, no sé de qué raza, pues si alguien no puede presumir de raza pura esos son los españoles, pero los fachas de entonces lo tenían muy a pecho. Recordemos que Franco escribió el guión de una pelicula que se llamaba así, "Raza", y que debió tener algún negro para hacerlo, pues no me imagino a un señor que no estaba dotado para la literatura y lo que mejor se le daba era escribir enterados y partes de guerra, pudiera hilvanar dos frases seguidas. Pues nada más empezar, Unamuno, que era un orador pausado y mesurado, ve entrar al cojo y tuerto Jefe de la Legión, el General Millán Astray. Ambos hombres eran como el ying y el yang. Pues entra Millán con un grupo de sus muchachos, metralletas en ristre. y se sientan con estrépito a escuchar. Supongo que a U. se le debieron revolver las tripas y tener unos retortijones de miedo, pues con el miedo que tenia a la muerte por la dichosa nada, lo único que le faltaba es la presencia de tantos novios de la misma. Estaba Unamuno hablando de no sé qué, cuando uno de los legionarios, que debía aburriste cual ostra viuda, no tuvo otra idea que gritar con voz atronadora: ¡¡¡VIVA LA MUERTE!!!. Al pobre Unamuno, un color le iba y otro se le venía, ante aquel exabrupto, muy al estilo de la Legión. (hay que decir que a veces veo el Desfile de lo que antes era el Dia de la Victoria y ahora no recuerdo como se llama, y cuando desfila la Legión me emociono hasta las lágrimas, y cuando pasa la Guardia Civil me dan bascas. Contradicciones que tiene una). Después del berrido legionario, Millán Astray no quiso quedarse atrás, y como también debía aburrirse una barbaridad, o fueron al acto con el proposito de armarla, no sé, gritó: "¡¡¡MUERA LA INTELIGENCIA!!!". La que se armó fué de agárrate y no te menees. Los intelectuales chillaban, los legionarios aullaban, y Doña Carmen Collares, presente en el acto ,ponía cara de póker. Aquello se estaba poniendo peligroso, sobre todo para los menos beligerantes. Entonces Unamuno se puso en pie y soltó el famoso discurso, que no puedo transcribir ni resumir porque no me acuerdo, y en el que dijo aquello de "venceréis pero no convenceréis". Millán y sus muchachos estaban cada vez más exaltados y aquelo iba camino de convertirse en una matanza en toda regla, pues cuando Millán veía rojo no paraba en barras. Pero tuvo unos instantes de lucidez y le dijo a Unamuno que cogiera por el bracete a Doña Carmen, representante de su encantador marido en el acto. A Franco nadie era capaz de hacerle entrar en una Universidad ni para mear. Unamuno obedeció, pues comprendió que aquello se le iba de las manos, y ante tan honroso gesto, los legionarios se aplacaron. Luego salieron todos echando chispas. Unamuno dijo que cómo era posible decir eso de viva la muerte, que era como decir muera la vida, pues estaba anonadado. Le habían pinchado en su punto débil. Poco después murió, y si hay postre después de esta vida, lo debió poder tastar, y si no lo hay, ni se ha enterado. La verdad es que lo comprendo. Yo no me pongo tan histérica cuando pienso esas cosas, o que somos la consola de Dios o de los alienígenas, pero tengo la suerte que desde que me he hecho musulmana he recuperado la fe perdida, además toda la vida he recibido muchos signos. No se engaña fácilmente a una chamana en potencia...¡¡¡Jua, jua, pero qué divertido esa esto, si uno se lo toma bien...!. Como decía mi suegra, que era de Sóller: "Val més riure que plurar".(más vale reir que llorar). Los de Sóller todo lo pronuncian con U. Lo correcto el "plorar". Pero qué más dá. Que sabe naide, como dicen los andaluces. O como aquella copla:
"Cada vez que considero
que me tengo que morir,
echo mi manta en el suelo
y me jarto de dormir."
Y funciona.

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