
A mí los perfumes me chiflan. Si no me perfumo antes de salir, parece que no voy vestida. Me falta algo. Las españolas son muy tímidas con los perfumes, no se atreven con los fuertes, como los orientales. A mí son los que más me gustan. Y además, soy muy selectiva. Ya sé que esto suena a chorrada de burguesa asquerosa presumida, pero solo uso los de Serge Lutens, que los mando a buscar por correo a Paris.Este señor es un cursi que tiene una casa a todo velamen en Marrachech y está enamorado de los permumes de todo tipo, sobre todo los orientales. Hay uno que se llama À la nuit, que es una maravilla. Es sólo el olor de los jazmines, y si te lo pones de noche, todo el mundo cree que hay cerca un jazmín y el viento trae el olor. Pero tengo más, y es una indecencia, lo reconozco. Las españolas solo se atreven con los que huelen fresco, a hierbas y cosas así, que son precisamente los que no me gustan. Y es que de pequeña mi madre usaba el Chanel nº 5, el perfume más vendido en el mundo, y yo iba y me perfumaba. Uuuauuuu... eso es placer de dioses.Ya dice Paco que ha nacido para millonaria sin serlo... Cuando vengan los años de las vacas flacas y mi pension se haya reducido a pacotilla, entonces lloraré. Mientras, que me quiten lo bailao.En esto no soy nada mallorquina (ni en nada), que son tan ahorradores.
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