
Como dije ayer, hoy ha sido la Fiesta del Cordero, en donde cada musulmán paga un cordero para el sacrificio, cosa que no me gusta nada, pero, en fin... La mitad se lo queda la mezquita para los pobres, y la otra mitad me toca a mí. Yo se lo llevo siempre al cura maldito, Santandreu, que recoge gente indigente y enfermos terminales y con mi cordero anual al menos se dan un buen festín. Yo soy la que está a la derecha de a negra de rosa, y parezco hasta seria y todo.
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