jueves, 31 de enero de 2008
contestando a PKTO
Pues claro, ya me gustaría reencontrármelo al pobre preso de azules y heridos ojos, pero me parece bastante improbable. Le abrazaría y espero que se le hubiera alegrado un poco el semblante, pues la cárcel es muy, muy dura.
RESPUESTAS a Andres Tomás y 2 más.
He recibido 3 comentarios. Uno de 2 chicos de Coria defendiendo la fiesta del toro, pero hace años vi un reportaje al respecto y no se me borra de la mente. La otra respuesta es para Andrés Torres, que me pregunta qué demonios quiere decir "arder el monario". Pues chico, no lo sé. Lo he mirado en el Diccionario enorme que tengo de la lengua española y la palabra monario no figura. ¿No será alguna expresión sudamericana?. A mí también me gustaria saberlo. Los sudacas (dicho con mucho cariño, pues yo nunca he empleado esta palabra como despectiva, sino por acortarla)han conservado muuuuuchas expresiones españolas del tiempo en que los Conquistadores iban a hacer barbaridades por allí.
POBRE PRINCESA
Dos reinas diferentes
Brrrrrrrr.......
San Sebas, el patrón de los gays
PERDÓN; ES SÓLO UNA BROMA
LA RELIGION BAHAI
miércoles, 30 de enero de 2008
LA JUBILACION
La "princesita" invisible
Me refiero a la hija de Isabel Sartorius. Nunca la hemos visto en foto, y ya debe ser una niña crecidita, y seguramente guapa, dado que sus padres lo son. Y ahí está la madre del cordero. Más de media España cree que esa niña es hija del príncipe Felipe, y debe salir al padre tanto como los Urdangarines al suyo que deben tenerla casi secuestrada. ¿Por qué ningún periodista le hahecho nunca una foto, por sorpresa?.Ya me olió mal cuando tuvo la niña y enseguida se casó con aquel chico noble cuyo nombre no recuerdo, y que dijo que él estaba dispuesto a hacer cualquier cosa por la monarquía. A mí me parece que hizo de padre de la niña sin serlo, pues en cuanto nació la criatura puso pies en polvorosa y se divorciaron y nunca más se supo. Otra cosa intrigante es por qué ella, siendo una chica guapa, rica y noble no se haya vuelto a casar. ¿Es que hace el papel de "la favorita del harén"?. Nunca se la ve con otros hombres ni saliendo con amigos. Vive enclaustrada como guardándose para su "`principe". El tiempo lo dirá.
martes, 29 de enero de 2008
Jardines del Generalife
PARA COMPENSAR LA SEQUIA
EL DESIERTO (CUENTO)
Estaba el profeta meditando en el desierto cuando una mujer se llegó hasta él. Venía llorando y con el cabello suelto, y cuando llegó a su lado se lanzó a sus pies.. Se tapó la cabeza con el manto y los sollozos la estemecían
-¿Qué te pasa?- le preguntó el hombre con dulzura.
-Señor , tú eres un hombre bueno y dices palabras de consuelo.Pero no hallo paz porque no tengo fe. Pero pienso que eres sincero y santo.
-No soy santo. Reza, y Dios te concederá la fe. La fe no se improvisa. Es un regalo de El.
-Rabbí, tengo los ojos secos de tanto llorar y la cabeza me estalla. Dios no me escucha. De todos modos, como apenas creo en El, no espero respuesta.
-Persevera.
-Estoy harta..Soy mujer paciente.Tengo marido, hijos y suegra. , todos a mi cargo. Estoy acostumbrada a tener paciencia. Pero Dios me puede.
-Dios nos puede a todos.Es bueno que así sea.
-No me entiendes.
-Más de lo que te imaginas.
-Tú tienes fe y no comprendes lo que yo padezco.
-Yo tengo fe porque durante años la he pedido a gritos, aquí, en el desierto. Solo los escorpiones y las serpientes me oían.
-¿Y nadie más?
-Dios, por supuesto.
-Pues tienes suerte. A mí no me hace caso.
-Debes insistir. recuerda aquello :”Pedid y recibiréis, buscad y hallaréis, llamad y se os abrirá;, ;porque quien pide recibe, quien busca encuentra y a quien llama se le abre”.
-Ya he oído eso muchas veces. Un día creí haber encontrado algo, pero luego lo perdí..
-Lo puedes volver a encontrar. .La fe es como el viento del desierto, que a veces sopla con fuerza y a veces parece que se ha quedado quieto, y es que está en otro lugar, muy lejos. Pero siempre vuelve.
-Estoy muy triste. Necesito tu consuelo.
El profeta le puso la mano en la cabeza y le acarició el pelo. La mujer sollozó de nuevo.
-Yo rezaré por ti.
La mujer le miró y vió su cara serena, y le envidió. Vio delante suyo a un hombre en paz.La paz era algo que siempre se le había negado.
-¿Siempre estuviste así, en paz?
-No. Durante años peleé a brazo partido con todos los demonios de estas soledades.
-¿Y cómo conseguiste la paz?
-Un día vino de pronto, como el simún.
-¿Y no te ha abandonado nunca?
-No. Desde ese día no.
-¡Qué suerte!
-Tú también tendrás esa suerte.
-No, porque yo ya no creo en nada. Tu sí eres hombre de fe. Dios se aparta de mí porque yo me he apartado de El. Ya no volverá...
-No hay que desesperar. La desesperanza es pecado.
-¡¿Cómo puedes decir eso a alguien que está desesperado?¡¿Tú eres Isa bin Mariam y me dices una cosa así?
-Yo no soy Isa. ¿Qué te hizo pensar eso?
-Desde que empecé a leer este relato lo creí..
-Creíste mal. ¿No sabes aquello que fué dicho: “aparecerán falsos profetas”?
-Sí, pero no pienso que tú seas uno de ellos rabbí..
-Yo no creo ser falso, pero tampoco soy Isa.
-¿Pues quién eres?
-Sólo un pobre hombre a quien Dios ha hecho el regalo de la fe. .
-Y no se la ha quitado, como a mí.
-De momento no. Siempre está conmigo.
-Dichoso tú.
La mujer se envolvió en el manto. Se lo puso encima de la cabeza, y, arrebujándose en la negra tela, se marchó.
El profeta rezó por ella pero eso nunca lo supo.
La mujer se dijo:
-Iré al pozo y me tiraré y así moriré y se acabará mi sufrimiento.
Pero pensó que su familia la necesitaba.
-Soy una egoísta. No tengo derecho a hacer esto porque me sienta mal. Intentaré no pensar, hacer la vida más fácil a mis parientes y estar contenta, o al menos parecerlo. Esto servirá para distraerme y no pensar. Guisaré, ordeñaré a las cabras, las llevaré a pastar. Pero están las noches. Intentaré estar muy cansada para dormir. Ojalá no despertase.
Con estos sombríos pensamientos llego a su tienda negra de familia beduína. Sus niños jugaban fuera. Su suegra, ciega, estaba mirando al sol sin verlo, sentada en el suelo. .
-Esta es mi realidad-se dijo la mujer. -Debo vivir con los pies en la realidad, la mía, que ésa sí existe. Dios no lo sé, y los demonios tampoco. Pero las cabras necesitan quien las ordeñe, y a mi familia quien la cuide.
Se puso manos a la obra, y al cabo de un rato se sintió mejor.
-El trabajar es buena medicina. Si meditase todo el día como el profeta me volvería loca.
De entonces en adelante, cada vez que sentía el corazón oprimido se ponía a trabajar, y se sentía mejor.
Cuando fué muy vieja se murió.
Yo no sé lo que fué de ella. Este cuento se ha escrito solo. Pensé en acabarlo de otra manera pero se ha terminado él solo.
Yo no sé lo que fué de la mujer beduína. Tampoco del profeta. Tampoco sé lo que ha sido de mis muertos, ni lo que será de mí.
Solo Dios lo sabe.
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EL DESIERTO (CUENTO)
Estaba el profeta meditando en el desierto cuando una mujer se llegó hasta él. Venía llorando y con el cabello suelto, y cuando llegó a su lado se lanzó a sus pies.. Se tapó la cabeza con el manto y los sollozos la estemecían
-¿Qué te pasa?- le preguntó el hombre con dulzura.
-Señor , tú eres un hombre bueno y dices palabras de consuelo.Pero no hallo paz porque no tengo fe. Pero pienso que eres sincero y santo.
-No soy santo. Reza, y Dios te concederá la fe. La fe no se improvisa. Es un regalo de El.
-Rabbí, tengo los ojos secos de tanto llorar y la cabeza me estalla. Dios no me escucha. De todos modos, como apenas creo en El, no espero respuesta.
-Persevera.
-Estoy harta..Soy mujer paciente.Tengo marido, hijos y suegra. , todos a mi cargo. Estoy acostumbrada a tener paciencia. Pero Dios me puede.
-Dios nos puede a todos.Es bueno que así sea.
-No me entiendes.
-Más de lo que te imaginas.
-Tú tienes fe y no comprendes lo que yo padezco.
-Yo tengo fe porque durante años la he pedido a gritos, aquí, en el desierto. Solo los escorpiones y las serpientes me oían.
-¿Y nadie más?
-Dios, por supuesto.
-Pues tienes suerte. A mí no me hace caso.
-Debes insistir. recuerda aquello :”Pedid y recibiréis, buscad y hallaréis, llamad y se os abrirá;, ;porque quien pide recibe, quien busca encuentra y a quien llama se le abre”.
-Ya he oído eso muchas veces. Un día creí haber encontrado algo, pero luego lo perdí..
-Lo puedes volver a encontrar. .La fe es como el viento del desierto, que a veces sopla con fuerza y a veces parece que se ha quedado quieto, y es que está en otro lugar, muy lejos. Pero siempre vuelve.
-Estoy muy triste. Necesito tu consuelo.
El profeta le puso la mano en la cabeza y le acarició el pelo. La mujer sollozó de nuevo.
-Yo rezaré por ti.
La mujer le miró y vió su cara serena, y le envidió. Vio delante suyo a un hombre en paz.La paz era algo que siempre se le había negado.
-¿Siempre estuviste así, en paz?
-No. Durante años peleé a brazo partido con todos los demonios de estas soledades.
-¿Y cómo conseguiste la paz?
-Un día vino de pronto, como el simún.
-¿Y no te ha abandonado nunca?
-No. Desde ese día no.
-¡Qué suerte!
-Tú también tendrás esa suerte.
-No, porque yo ya no creo en nada. Tu sí eres hombre de fe. Dios se aparta de mí porque yo me he apartado de El. Ya no volverá...
-No hay que desesperar. La desesperanza es pecado.
-¡¿Cómo puedes decir eso a alguien que está desesperado?¡¿Tú eres Isa bin Mariam y me dices una cosa así?
-Yo no soy Isa. ¿Qué te hizo pensar eso?
-Desde que empecé a leer este relato lo creí..
-Creíste mal. ¿No sabes aquello que fué dicho: “aparecerán falsos profetas”?
-Sí, pero no pienso que tú seas uno de ellos rabbí..
-Yo no creo ser falso, pero tampoco soy Isa.
-¿Pues quién eres?
-Sólo un pobre hombre a quien Dios ha hecho el regalo de la fe. .
-Y no se la ha quitado, como a mí.
-De momento no. Siempre está conmigo.
-Dichoso tú.
La mujer se envolvió en el manto. Se lo puso encima de la cabeza, y, arrebujándose en la negra tela, se marchó.
El profeta rezó por ella pero eso nunca lo supo.
La mujer se dijo:
-Iré al pozo y me tiraré y así moriré y se acabará mi sufrimiento.
Pero pensó que su familia la necesitaba.
-Soy una egoísta. No tengo derecho a hacer esto porque me sienta mal. Intentaré no pensar, hacer la vida más fácil a mis parientes y estar contenta, o al menos parecerlo. Esto servirá para distraerme y no pensar. Guisaré, ordeñaré a las cabras, las llevaré a pastar. Pero están las noches. Intentaré estar muy cansada para dormir. Ojalá no despertase.
Con estos sombríos pensamientos llego a su tienda negra de familia beduína. Sus niños jugaban fuera. Su suegra, ciega, estaba mirando al sol sin verlo, sentada en el suelo. .
-Esta es mi realidad-se dijo la mujer. -Debo vivir con los pies en la realidad, la mía, que ésa sí existe. Dios no lo sé, y los demonios tampoco. Pero las cabras necesitan quien las ordeñe, y a mi familia quien la cuide.
Se puso manos a la obra, y al cabo de un rato se sintió mejor.
-El trabajar es buena medicina. Si meditase todo el día como el profeta me volvería loca.
De entonces en adelante, cada vez que sentía el corazón oprimido se ponía a trabajar, y se sentía mejor.
Cuando fué muy vieja se murió.
Yo no sé lo que fué de ella. Este cuento se ha escrito solo. Pensé en acabarlo de otra manera pero se ha terminado él solo.
Yo no sé lo que fué de la mujer beduína. Tampoco del profeta. Tampoco sé lo que ha sido de mis muertos, ni lo que será de mí.
Solo Dios lo sabe.
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EL DESIERTO (CUENTO)
Estaba el profeta meditando en el desierto cuando una mujer se llegó hasta él. Venía llorando y con el cabello suelto, y cuando llegó a su lado se lanzó a sus pies.. Se tapó la cabeza con el manto y los sollozos la estemecían
-¿Qué te pasa?- le preguntó el hombre con dulzura.
-Señor , tú eres un hombre bueno y dices palabras de consuelo.Pero no hallo paz porque no tengo fe. Pero pienso que eres sincero y santo.
-No soy santo. Reza, y Dios te concederá la fe. La fe no se improvisa. Es un regalo de El.
-Rabbí, tengo los ojos secos de tanto llorar y la cabeza me estalla. Dios no me escucha. De todos modos, como apenas creo en El, no espero respuesta.
-Persevera.
-Estoy harta..Soy mujer paciente.Tengo marido, hijos y suegra. , todos a mi cargo. Estoy acostumbrada a tener paciencia. Pero Dios me puede.
-Dios nos puede a todos.Es bueno que así sea.
-No me entiendes.
-Más de lo que te imaginas.
-Tú tienes fe y no comprendes lo que yo padezco.
-Yo tengo fe porque durante años la he pedido a gritos, aquí, en el desierto. Solo los escorpiones y las serpientes me oían.
-¿Y nadie más?
-Dios, por supuesto.
-Pues tienes suerte. A mí no me hace caso.
-Debes insistir. recuerda aquello :”Pedid y recibiréis, buscad y hallaréis, llamad y se os abrirá;, ;porque quien pide recibe, quien busca encuentra y a quien llama se le abre”.
-Ya he oído eso muchas veces. Un día creí haber encontrado algo, pero luego lo perdí..
-Lo puedes volver a encontrar. .La fe es como el viento del desierto, que a veces sopla con fuerza y a veces parece que se ha quedado quieto, y es que está en otro lugar, muy lejos. Pero siempre vuelve.
-Estoy muy triste. Necesito tu consuelo.
El profeta le puso la mano en la cabeza y le acarició el pelo. La mujer sollozó de nuevo.
-Yo rezaré por ti.
La mujer le miró y vió su cara serena, y le envidió. Vio delante suyo a un hombre en paz.La paz era algo que siempre se le había negado.
-¿Siempre estuviste así, en paz?
-No. Durante años peleé a brazo partido con todos los demonios de estas soledades.
-¿Y cómo conseguiste la paz?
-Un día vino de pronto, como el simún.
-¿Y no te ha abandonado nunca?
-No. Desde ese día no.
-¡Qué suerte!
-Tú también tendrás esa suerte.
-No, porque yo ya no creo en nada. Tu sí eres hombre de fe. Dios se aparta de mí porque yo me he apartado de El. Ya no volverá...
-No hay que desesperar. La desesperanza es pecado.
-¡¿Cómo puedes decir eso a alguien que está desesperado?¡¿Tú eres Isa bin Mariam y me dices una cosa así?
-Yo no soy Isa. ¿Qué te hizo pensar eso?
-Desde que empecé a leer este relato lo creí..
-Creíste mal. ¿No sabes aquello que fué dicho: “aparecerán falsos profetas”?
-Sí, pero no pienso que tú seas uno de ellos rabbí..
-Yo no creo ser falso, pero tampoco soy Isa.
-¿Pues quién eres?
-Sólo un pobre hombre a quien Dios ha hecho el regalo de la fe. .
-Y no se la ha quitado, como a mí.
-De momento no. Siempre está conmigo.
-Dichoso tú.
La mujer se envolvió en el manto. Se lo puso encima de la cabeza, y, arrebujándose en la negra tela, se marchó.
El profeta rezó por ella pero eso nunca lo supo.
La mujer se dijo:
-Iré al pozo y me tiraré y así moriré y se acabará mi sufrimiento.
Pero pensó que su familia la necesitaba.
-Soy una egoísta. No tengo derecho a hacer esto porque me sienta mal. Intentaré no pensar, hacer la vida más fácil a mis parientes y estar contenta, o al menos parecerlo. Esto servirá para distraerme y no pensar. Guisaré, ordeñaré a las cabras, las llevaré a pastar. Pero están las noches. Intentaré estar muy cansada para dormir. Ojalá no despertase.
Con estos sombríos pensamientos llego a su tienda negra de familia beduína. Sus niños jugaban fuera. Su suegra, ciega, estaba mirando al sol sin verlo, sentada en el suelo. .
-Esta es mi realidad-se dijo la mujer. -Debo vivir con los pies en la realidad, la mía, que ésa sí existe. Dios no lo sé, y los demonios tampoco. Pero las cabras necesitan quien las ordeñe, y a mi familia quien la cuide.
Se puso manos a la obra, y al cabo de un rato se sintió mejor.
-El trabajar es buena medicina. Si meditase todo el día como el profeta me volvería loca.
De entonces en adelante, cada vez que sentía el corazón oprimido se ponía a trabajar, y se sentía mejor.
Cuando fué muy vieja se murió.
Yo no sé lo que fué de ella. Este cuento se ha escrito solo. Pensé en acabarlo de otra manera pero se ha terminado él solo.
Yo no sé lo que fué de la mujer beduína. Tampoco del profeta. Tampoco sé lo que ha sido de mis muertos, ni lo que será de mí.
Solo Dios lo sabe.
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FE DE HORRORES
MALLORCA POR SATELITE
La primavera ha venido
INCREIBLE PERO CIERTO
domingo, 27 de enero de 2008
AMIGAS CONTUNDENTES
LAS SATURNALES Y EL CARNAVAL
sábado, 26 de enero de 2008
viernes, 25 de enero de 2008
PENITAS
Aunque ya nadie pueda devolverme el esplendor en la hierba ni la gloria en las flores, no debemos afligirnos, porque la belleza siempre subsiste en el recuerdo.
Walt Whitman.
Si escribo esto tan triste es porque yo también lo estoy. Hace un año me operaron de artrosis de cadera y me quedé coja,pero la ope parece que fué bien, me pusieron una prótesis y no me dolia, solo que nada más podía andar unos 500 m. Quedaba muy cansada y tenia que ir a todas partes en taxi o en autobús. Me conformé, porque nunca he sido de mucho andar y muchos paseos. Pero hace 15 dias la prótesis me dió un pinchazo, cosa nueva, y me caí cuan redonda era enmedio de la calle. De esto hará uns 15 días. Desde entonces cuando salgo de mi casa tengo miedo, pues eso me viene de repente. La mayoría de la gente me ayuda, otros me miran con lástima y otros con desprecio Debo ir al cirujano . dentrode 2 semanas. Igual me echa una bronca porque al principio fuí algo imprudente, pero sin pasarme. No sé. Llevo un año así y quisiera irme de viaje a los lagos de Finlandia. Cada año hacia un viaje, pero hace 2 que no puedo ir a ninguna parte.Perdonad el rollo, pero estoy ahora sola y tenia que desahogarme.
jueves, 24 de enero de 2008
lunes, 21 de enero de 2008
FRASES DE NOEL CLARASÓ
Ningún tonto se queja de serlo; no les debe ir tan mal.
Todo viejo amor es un recuerdo agradable mientras no interviene la persona que lo inspiró.
El cuerpo, si se le trata bien, puede durar toda la vida.
El amor es como los huéspedes.Lo que importa no es creer en ellos, sino saberlos recibir cuando se presentan , aprovecharlos mientras están , y despedirlos con cortesía cuando se marchan.
Odiar es un despilfarro del corazón, y el corazón en nuestra mejor tesoro.