jueves, 20 de marzo de 2008

EL ARROPIERO Y OTROS

Yo siempre he tenido un “penchant”por lo truculento, por las historias de crímenes, por los asesinos y cosas así. No sé de dónde me viene. Pero cuando era jovenzuela compraba todas las semanas un periódico que se llamaba El Caso, en el que venían siempre casos de crímenes terroríficos, y te lo explicaban todo con pelos y señales. A mí me gustaba mucho leer todo aquello, me divertía la mar, y los guardaba todos. Cuando me casé, mi madre aprovechó para tirármelos todos a la basura, dándome un disgusto. Paciencia.

Pues ahora en Internet he buscado algunos de aquellos criminales que entonces llamaban mi atención, y yo seguía en los periódicos, y sobre todo en El Caso, sus peripecias. Había uno que era de mis preferidos, no porque me cayese simpático, que no me caía ninguno, sino porque me intrigaba mucho y me sigue intrigando la forma de actuar de la gente, hasta dónde pueden llegar. Ya dijo no sé quien, que el corazón humano es un abismo insondable. Y es verdad.Se trataba de El Arropiero. Pues este arropiero era hijo de uno que hacía arrope y lo vendía, y eso es como un dulce de la posguerra hecho a base de higos secos, que yo nunca he probado y que debe ser un asco, pero la gente lo compraba. Al morir su padre, él, que era el hijo del Arropiero, se quedó con el título. Estaba mal de la cabeza, Mató, según confesó, en España, Francia y Alemania, a casi cien personas. No se pudieron probar todos estos crímenes, que él relataba como sus hazañas. Estuvo un tiempo en la Legión y allí aprendió unos golpes mortales de kárate, que usaba para muchas de sus víctimas. Si eran mujeres, las violaba después. Y le bastaba para cargarse a alguien cualquier nonada, que le dijeran algo que le caía mal, o que lo encontrase feo. Karatazo y a otra cosa. Nunca lo cogieron. Murió libre, pues no estaba en la cárcel, ya que cuando lo cogían le hacían pasar un examen médico, y era un psicópata peligrosísimo, y entonces lo mandaban a un psiquiátrico, de donde se escapaba enseguida. Tenia el doble cromosoma Y, y por esto era muy violento.Era moreno, con bigote, y su ídolo era Cantinflas.Por eso llevaba un bigote parecido. No era feo. En la cárcel se le puso todo el pelo blanco y como tenía los ojos azules tenía un aspecto extraño. Pero cuando tenía el pelo negro era hasta guapo. A mí me gustaba. Pero no lo hubiera querido tener cerca, pues mataba a las mujeres y las violaba después. Decía que así se estaban quietas. Tuvo una novia a la que mató y que ocultó entre unas matas, y hasta que le cogieron iba todas las noches a hacerle el amor. Cuando le pillaron y le afearon su conducta dijo que qué habia de malo en ello, si era su novia. Murió con 55 años en el 2000, en libertad. Realmente salió de rositas. Se pasaba el tiempo entrando y saliendo de manicomios.Como le consideraban un enfermo... Estaba reclamado por la Interpol y había matado gente en media Europa. Viajaba haciendo auto stop. Una vez, en Francia, en la Costa Azul, vio en un chalet a una pareja que discutía. El se marchó enfadado y ella quedó sola. Entonces entró, la mató y la violó. Y luego se fue, y aquí paz y despues gloria.No tenía ningun remordimiento, cosa tipica de los psicópatas, que abundan mucho, pues no solo se dedican a matar gente, que psicópata que no mata hay mucho suelto, y estos son los que hacen que este mundo sea un asco. Para mí que Bush lo es. Y otras muchos mas que manejan el mundo. Y mucho empresario también.

A mí, cuando era pequeña, me contaban mis padres muchas cosas de Filipinas, pues un bisabuelo o tatarabuelo, ya no me acuerdo, del que ya hablé, estuvo de gobernador allí, y se trajo muchas cosas bonitas. Un abanico de marfil labrado como encaje que tengo yo porque se lo choricé a mi madre, y otras cosas. Entre ellas el famoso chal bordado en plata, que eso sí que me duele el que haya desaparecido. Mi madre me contaba que en Filipinas tienen una especialidad patológica, que es cierta, pues yo lo he leído después en libros de psiquiatría. Y es el correr el amok. De pronto le da a uno ,siempre un hombre, una locura momentánea, coge un machete o lo que encuentre más a mano para cargarse a alguien, y corre como un descosido, llevándose por delante a todo aquel que encuentra, y rompiendo cosas a su paso, como alma que lleva el diablo. A eso se le llama correr el amok. Parece que solo ocurre en Indonesia. A mí a veces me han dado ganas de hacer algo parecido, pero me he contenido.Hay cosas curiosas. Como aquellas dos criadas francesas, que estuvieron toda la vida de sirvientas en casa de unos burgueses, y un buen día les degollaron y les hicieron trocitos, que guisaron. Misterios de la mente humana. No habían dado nunca pruebas de alteración psiquica alguna. Luego hicieron una película llamada en Francia Les Abysses, Los Abismos, que se refiere a la sima profunda que tiene el alma humana.

Pero no asustarse, que yo no soy capaz de matar ni a una hormiga. Cuando estoy en la terraza procuro no pisarlas, pobrecitas. Ellas van a su bola. No las molesto. También tengo multitud de lagartijas, que de ésas se encarga la Chenta, que caza de vez en cuando una y se la come, y se le suele indigestar.

No voy a escribir más porque voy a asustar al personal. No temáis , queridos, yo aunque sea amante de los crímenes truculentos, no pienso cometer ninguno, a menos que me lo pongan a huevo, léase que me la hagan muy gorda. Pero en el fondo soy una buenaza.

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