viernes, 21 de marzo de 2008
LAS FALSAS BEATAS
Respecto al uso de tarjetas oficiales por parte de los altos cargos, yo no me creo que solo fuera el Santo el que las usase para sus gustines chapereros , sino que estoy convencida que quien más quien menos, cuando la Cirer estaba de alcaldesa sabia lo que pasaba, y callaba. O no sabia nada, lo cual también tiene mucho delito. A ella lo que le va son los boleros y vestirse de payesita. Pues esta tía, pienso que, con los millones que ha acumulado, deberia pagar de su bolsillo todo lo que se han gastado sus subordinados, y luego irse a bailar ball de bot. ¡Es que todos son iguales!. Seguro que es amiguísima del canónigo ese, millonario por casa y por las separaciones de matrimonios con un montón de hijos, Don Bruno el Gimiente.
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