
Todos tenemos fantasmas en nuestra casa. Los gatos los perciben, más que los perros. Quién haya tenido un gato, sabe que de pronto se pone a mirar a un punto fijo con gran atención, y uno le sigue la vista y allí no hay nada. Pues como estos fantasmas, no se sabe por qué, salen en las fotos, en la que hay aquí se ve un gato casero mirando con atención a otro gato más joven o una rata, no se distingue muy bien. En esa casa no había más que el gato observador, y cuando se hizo la foto era el único ser que estaba allí. Por lo menos, a la vista. A mí me han pasado muchas cosas de estas, que no contaré porque ya tengo suficiente fama de chiflada para encima ir contando mis experiencias extrasensoriales, pero los chamanes sudamericanos, y otros que conocí en Asia, todos coincidieron en que yo tengo algo de más y algo de menos que las otras personas. Y lo de más es por lo visto, y todos coinciden, que tengo un hilo directo con el más allá.No me da miedo, al contrario, me divierto mucho.
No hay comentarios:
Publicar un comentario