miércoles, 18 de junio de 2008

INSOMNIO

Ahora son las 5 menos cuarto de la mañana, y estoy despierta y despejada como si fueran las 6 de la tarde. Y es que soy insomne. De pequeña ya era dificisimo hacerme dormir, tarea que correspondia a mi padre, que me cantaba todo su repertorio de coplas e himnos militares sin éxito alguno.Yo me limitaba a escuchar las letras, aunque decia mi familia que era imposible que una niña tan pequeña pudiera entender la letra de una canción. Lo malo es que la gente olvida su infancia, pero yo no. Me acuerdo de las ojeras de la Lirio, de los ojos verdes del cliente de la mancebía y de toda la letra del Cara al Sol. Yo me lo pasaba bien durante estos , no sé cómo llamarlos, recitales de mi padre, que el pobre tenía una paciencia de santo. Es tcurioso, siempre en la vida, excepto un par de veces, he dado con santos. Todo el daño me lo ha hecho siempore las mujeres, por eso no me gustan nada.Tengo buenas amigas, sí, pero se podrían contar con los dedos de una mano. Además las mujeres somos arteras, malas, astutas (menos cuatro desgraciadas de las cuales todo el mundo se aprovecha)y sabemos cocer al fuego lento a la gente. Los hombres te dan un golpazo y te matan, pero las mujeres te van asesinando poco a poco, con una sonrisa,cociendo a fuego lento, con un gesto, con una palabrita. Si tuviera que establecer una comparación, los hombres son como búfalos cafre y las mujeres como víboras. Yo prefiero a los primeros. Yo creo que quien ha entendido mejor a las mujeres son los orientales. En Occidente se dice siempre "a las mujeres no hay quien las entienda", pero en Oriente no. Saben muy bien como son, y aunque a veces usan métodos demasiado contundentes, es porque en el fondo nos tienen miedo.Un miedo terrible. Los árabes, que tienen la fama, que es un prejuicio, de maltratar sistemáticamente a sus mujeres, en el fondo les damos un miedo tremendo,, y de ahí vienen velos y demás. El Corán no dice en ninguna parte que las mujeres tengan que ir veladas, son costumbres ancestrales. Esto del velo también lo decía San Pablo, que tenían que ir tapadísimas y detrás siempre del marido, pues eran fuente de perdición. Mi abuela decía, con su buen sentido común catalán, que "alguna de muy gorda una mujer le debió hacer una mujer a San Pablo",que nos aborreciese y nos quisiera atadas a la pata de la cama, como quien dice. San Pablo es mucho más machista que el Corán. Esta característica de las mujeres es normal, porque al ser más débiles físicamente, deben echar mano del retorcimiento y la astucia. Yo prefiero tener por enemigo mil veces a un hombre que a una mujer. A éstas no se las ve venir, y en menos que te das cuenta ya te han clavado el cuchillo en la espalda. Yo en esta vida he recibido de los hombres mucho más cariño y ternura (salvo en contadas excepciones)que de las mujeres. Además, no sé por qué, en general les caigo fatal. A los hombres les caigo bien. Es muy fácil caer bien a un hombre. Basta no ser Quasimodo, saber sonreir, reírles todas las gracias y dejarles hablar, haciendo una preguntita medianamente inteligente de vez en cuando. Así se sienten estupendamente, no se asustan, y aunque solo hayas hablado una docena de palabras, dirán de tí que eres inteligentísima. Si les haces alguna bromita algo picantona, pero SIN PASARSE, miel sobre hojuelas. Esto cuando era muy joven no lo sabía, pero ya dicen los franceses: "Si la juventud supiera...Si la madurez pudiera...". Ninon de l´Enclos, la famosa cortesana, tenía ya 7o años y, sin haber los productos estupendos de cuidado y maqueo del físico, aún volvía locos a los hombres. Yo no vuelvo loco a nadie (bueno, a veces sí, pero sin proponérmelo) porque soy vaga hasta en ésto, y a veces es dificilísimo quitárselos de encima, y yo, que estoy en los umbrales de la tercera edad, ya lo único que quiero es una vida tranquila, cosa imposible. Una vez siendo yo pequeña, (me parece que ésto ya lo escribí), le pregunté a mi padre: Yo era una niña muy redicha.-Papá, ¿no se puede estar nunca tranquilo en este mundo?". Y mi padre me contestó categóricamente:"No".Y es que mi padre era un filósofo. Los andaluces son el pueblo más filosófo de este país de nuestros pecados.Yo recomiendo a los insomnes, que en vez de dar vueltas en la cama y comerse el coco, error que yo cometí durante muchos años, el truco está en no ponerse nervios@ y hacer algo, Te vas a la cocina y te tomas un yogurcito desnatado (cuidado porque estas escapadas nocturnas engordan muchísimo y se convierten en un vicio), leer, aunque yo por la noche no tengo ganas,venir a escupir en el ordenador tus penas, escribir un cuento... Yo cuando más cosas y más ideas me vienen a la cabeza, no es de día, sino ahora, cuando Paco duerme y ronca, y las gatas también, que están en mi habitación roncando.(bueno, sólo la Loli) Aquí vela solo yo, porque mi pareja de canarios, Renato y Renata, también duermen en la terraza juntitos,angelitos. No se oye nada. A veces haciendo estas cosas me vuelvo a la cama y me coge el sueño, y a veces no. No sé que voy a hacer en el viaje, pues en el camarote no tendre ordendor, ni cocina a la que ir a comerme una pera o unapastilla de chocolate...pero luego Paco me reñirá, si asalto el bar. No dormimos juntos porque no nos llevemos bien, pero es que tenemos unas ritmos de sueño incompatible. El se mete en la cama y se duerme al instante, yo tardo como una media hora, disfrutando del merecido(?) descanso.Además me perfumo.. Y del gustirrinín que da el tener una cama enorme para mí sola.El ,en cambio, duerme de un tirón toda la noche, pero lo pasábamos fatal porque yo duermo a cachos y me muevo mucho , porque soy muy nerviosa. Cuando yo por fin cogía el sueño, él ya estaba desvelado y se iba a la cocina a beberse un vaso de leche tibis. Se volvía a dormir, pero ya me había fastidiado a mí, que ya había perdido el sueño. Hasta que decidimos hacer como los reyes, que cada cual tuviese sus aposentos. Así no nos molestamos, hacemos lo que queremos, como ahora que estoy en mi leonera escribiendo y él duerme como una marmota o un oso hibernando. Yo no soy una marmota, yo duermo como las liebres, con un ojo siempre medio abierto, y el vuelo de una mosca ya me despierta.Arriba, en el sobreático, tenemos unos gitanos que no molestan, aparte de inundarnos una o dos veces el piso cuando llueve. Pero son buena gente, al menos de puertas afuera, y una vez que estaba sola en casa y me cogió un terrible ataque de angustia, y Paco iba a tardar,pues se va a dar unas vueltas enormes por la isla en moto (por cierto, ahora se ha hecho de Los Angeles de la Carretera),pues estaba yo tan desesperada que oí que estaban arriba de charleta, y subí. Les conte lo que me pasaba y me puse a llorar como una fuente. Me trataron estupendamente y dijeron pestes de mi santo, que también tiene derecho a divertirse haciendo de ángel, si eso le satisface. Pero los gitanos lo pusieron como manojo de perejil, y a mí me abrazaron, me besaron (las mujeres), me consolaron, me dieron galletitas y terminamos abrazándonos todos y diciendonos mutuamente que nuestra casa era también la suya. Además ellos también tienen goteras. Pues por esto yo no quise firmar una denuncia de toda la Comunidad contra ellos, que los odian, porque son unos racistas. Y un buen disgusto que me costó... Pero como yo soy la loca oficial de la casa, no se extrañaron mucho. Ya empiezan a asumir que soy yo la que los viernes se pone el velo y espera en la puerta de la calle a que mis correligionarios venga a buscarme en coche,para ir a la mezquita, pues al principio no me conocían, o se espantaban y me miraban con ojos despavoridos. Ahora ya me habrán puesto como chupa de dómine (tengo que explicar de donde viene esta expresión, es curioso), y como yo no me meto con nadie ni me intereso por la vida de los demás, pues me dejan vivir. Recuerdo una vez que volvía de la mezquita y me metí en el ascensor detrás de una señora mayor vecina mía. Yo no sé si me reconoció o no, pero los minutos que tardamos en llegar a su piso, que me parece era un 5º, la pobre se llevó un susto tan grande al verme que en el ascensor los ojos se le salían de las órbitas, balbuceaba oraciones, cristianas, claro, ininteligiblemente,intentaba meterse dentro de una esquina, tarea ímproba, y estaba presa de un terror tan tremendo como si estuviese subiendo con Satanás en persona. A mí me dio risa y rabia. ¡A saber lo que le habrían contado desde pequeña de "las moras"!. Atrocidades, supongo, Por poco se me mea allí dentro. Menos mal que llegamos al quinto y salió como alma que lleva el diablo, sin decirme nada, ni adios ni nada, como cuando alguien ve un fantasma y se queda paralizado por el terror. Pocas veces he dado tanto miedo a una persona. La pobre mujer debió irse a tomar litros de tila, pero yo me divertí de lo lindo. Ya digo que las mujeres somos muy malas, excepto las buenas, que suelen ser tontas, menos mi amiga Leyla, que es más buena que el pan y encima es inteligente. Bien. ya han pasado tes cuartos de hora. Me vuelvo a la cama, a ver si Morfeo se digna visitarme.¡Ay Señor, qué vida ésta!

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