
Hace calor y salgo a la terraza.
Los jazmines huelen fuerte
y la luna está allá arriba,llena y grande.
¡Cuántas veces se han dicho ya estas cosas!!
El olor de los jazmines es un olor viejo,
y la luna.
No eran nuevos para mí ni cuando era niña.
Los conocía mucho antes de nacer.
Así olía mi paraíso perdido,
y en él había también
una luna redonda.
No sé expresar con palabras
lo demasiado perfecto,
pues aquellas,
de tanto usarse,
se han vaciado de significado.
Como el cuchillo al que el tiempo
ha embotado el filo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario