viernes, 12 de septiembre de 2008

CAPITULO X


Cuando el conde se despertó al día siguiente estaba bastante mejoradito. Las cagueras habían remitido y, como era hombre fuerte, también estaba repuesto del cansancio de tanta cruzada.Se estiró con muy malos modos, eructó y soltó una flatulencia, seguida de un rugido de complacencia.
La gente cree que los nobles son gente culta y educada. El verdadero noble nunca ha sido ese que nos quieren pintar como amante de las artes, mecenas, culto por antonomasia, etc. No digo que los haya habido y los haya aún, pero el noble auténtico, el de su natural, , se caracteriza por tener gustos nada delicados.Se pirran por la caza, los deportes violentos y la guerra cuando podían hacerla. Nunca han shttp://www.blogger.com/img/gl.photo.gifido unos intelectuales. Los Médicis, por ejemplo, eran refinados e ilustrados, pero no dejaban de ser unos boticarios nuevos ricos.Eran unos nobles de pacotilla, despreciados por sus contemporáneos en la primera generación. La casa real francesa hizo ascos a Catalina de Médicis cuando se casó con Enrique II. Su nombre les venía de su provenencia de médicos y boticarios. Realmente provenían de la alta burguesía.El verdadero noble ha despreciado la cultura, era analfabeto y dejaba, en la Edad Media, ese tipo de cosas al clero y a alguna que otra mujer loca u ociosa.. Cazar, guerrear y fornicar. Todo lo demás mariconadas.

El conde se levantó y se puso a pensar. Cuando pensaba se le notaba,pues no estaba muy acostumbrado, y fruncía el ceño de modo que las cejas se le convertían en una raya peluda y enmarañada. Don Ñuflo tardaba lo suyo en tomar una decisión que no fuese bélica.
Mientras hace trabajar las meninges podemos observar un par de detalles. Mucha gente cree que el Medioevo era una época oscurantista y atrasada. Pero no saben que algunas de las comodidades de las que hoy no nos paramos a pensar en su origen fueron inventadas entonces.Por ejemplo, las ventanas con cristales a través de las cuales mira sin ver Don Ñuflo.Antes, las ventanas se cerraban con esteras o piezas de cuero, lo que hacía que los interiores fuesen sombríos y poco acogedores.O se pelaban de frío o tenían que encender lámparas de aceite.
El conde sigue reflexionando mientras se viste. Se pone los calzones, los zapatos, una especie de camiseta y una túnica de diario, abotonada de arriba abajo. ¡Otra cosa inventada en la Edad Media!¡Los botones!. Algo tan sencillo, pero se pasaron antes siglos y siglos teniendo que sujetarse las vestiduras con fíbulas, broches o lazadas (quién no ha visto Cleopatra, Ben Hur o los 10 mandamientos? Acordaos.).
El conde se acerca a la chimenea y se calienta las manos con los rescoldos.¡Otro fenomenal invento de la época! ¡La chimenea!. Antes no existían y tenían que encender fuego dentro de las casas, con las consiguientes molestias del humo y el peligro que representaba.

Después de tan doctas explicaciones ya podemos proseguir con nuestro héroe.
Don Ñuflo había tomado una decisión.
-¡¡Clodulfo, Cunegunda!!
Gritó, al oir sus voces no lejos de allí.
Estos llegaron a toda prisa, a ver qué pasaba ahora.
-¡¡Llamad a mi sobrino Arnaldo, quiero hablar con él!!!
-Imposible, señor. Acaba de partir hacia el pueblo
-¡¿Y qué va a hacer a estas horas al pueblo?!
-Es que parece que Omar se ha metido en un lío, y como son amigos, ha ido a ayudarle, señor...
-¡Ah, Omar, Omar! ¡fruto de mis amores con la bella cautiva Zuraya, cuyo nombre significa Cielo Estrellado!
¡Dos luceros eran tus ojos negros!¡Cuánto te amé y que suerte tuve de que fueras la sobrina del Emir de Badajoz!. Así, despues de un año de loca pasión, pude obtener por tí un buen rescate...¡Qué ojos de brasa...! ¡Qué listo soy, que aúno los negocios con el placer!
Después de este arrebato rugió:
-¡Buscadme a Arnaldo, tengo que hablar con él enseguida!
-Pero señor, tardaremos un poco, pues nos temenos que se haya metido en un lío...
-¡¡Rápido, fuera de mi vista!!!
Y fuesen corriendo al villorrio a por Arnaldo, que por cierto estaba pasando sus apuros.

(continuará. Fin del capitulo)

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